JUEVES, 2 de febrero de 2023 (American Heart Association News) — Las mujeres que presentan problemas de salud relacionados con el embarazo se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral mucho más temprano en la vida que sus contemporáneas con embarazos sin complicaciones, un riesgo que se acrecienta con cada embarazo complicado, sugiere una nueva investigación.
Las conclusiones, que se presentarán el 8 de febrero en la Conferencia Internacional sobre Derrame Cerebral, organizada por la American Stroke Association en Dallas, muestra que, para las mujeres con dos o más embarazos complicados, el riesgo de derrame cerebral antes de los 45 años se duplica, en comparación con mujeres sin complicaciones graves.
“Esa es una edad muy temprana”, dijo la Dra. Eliza Miller, autora principal del estudio y profesora adjunta de neurología en Columbia University, en la ciudad de Nueva York. “Estas mujeres todavía están en sus mejores años laborales. Ellas pueden estar cuidando a sus padres y también a sus hijos. Sufrir un derrame cerebral, aunque sea leve, afectará considerablemente sus vidas”.
Las conclusiones se consideran preliminares hasta que se publiquen los resultados completos en una revista evaluada por colegas.
La motivación de Miller para realizar el estudio surgió después de atender en su consulta a mujeres que habían tenido derrames cerebrales en sus cuarenta y sus cincuenta. Muchas de ellas tenían un historial de malos resultados del embarazo y problemas de presión arterial alta. “Yo pensé que eran demasiado jóvenes para sufrir esos tipos de derrames cerebrales”, dijo Miller. Ella se preguntó si había algo respecto a los resultados de embarazos relacionados con hipertensión que estaba acelerando el riesgo de derrame cerebral de las mujeres.
Investigación previa ha establecido un vínculo entre los resultados adversos del embarazo, o APO por sus siglas en inglés, como preeclampsia, y el riesgo futuro de enfermedad cardíaca y derrame cerebral de una mujer. Pero existían pocos datos que mostraran como la preeclampsia y otras complicaciones relacionadas con el embarazo podrían afectar el momento en que una mujer tenía un primer derrame cerebral.
En el estudio, los investigadores recurrieron a datos del registro nacional de salud finlandés para 130,764 mujeres que dieron a luz después del 1969, año en el que se estableció el registro de nacimientos. El análisis incluyó 285,545 nacimientos. Los investigadores definieron los APO como cualquier embarazo afectado por hipertensión gestacional, preeclampsia, eclampsia, separación de la placenta de la pared del útero o bebés nacidos antes de alcanzar su término completo o con bajo peso al nacer.
En general, casi el 15% de las mujeres (19,442) tuvo un resultado de embarazo adverso y cerca del 3% (3,639) tuvo múltiples APO. En comparación con las mujeres cuyos embarazos estuvieron libres de complicaciones, las mujeres que tuvieron APO tenían una proporción más elevada de obesidad, hipertensión, colesterol alto, enfermedad cardíaca y migrañas.
El 5.4% (7,006) de las mujeres incluidas en el estudio sufrió derrames cerebrales. Se contaron los derrames cerebrales si ocurrieron más de un año después del nacimiento del bebé. El estudio incluyó derrames cerebrales graves causados por coágulos sanguíneos y sangramiento en el cerebro, así como derrames cerebrales leves, conocidos como ataques isquémicos transitorios, o TIAs por sus siglas en inglés.
Entre las mujeres sin historial de APO, la edad media para un primer derrame cerebral fue de 59 años. Aquellas con un APO tuvieron un primer derrame cerebral a una edad media de 55 años. Las mujeres que tuvieron múltiples embarazos complicados sufrieron derrames cerebrales a una edad media de 51 años. Aquellas con múltiples embarazos de malos resultados tuvieron el doble de riesgo de sufrir un derrame cerebral antes de la edad de 45 años, en comparación con las mujeres sin APO.
Miller dijo que los profesionales médicos que supervisan el embarazo de una mujer deben remitir inmediatamente a aquellas que tienen complicaciones, especialmente si son complicaciones recurrentes, para atención preventiva de un derrame cerebral.
“Realmente podemos cambiar esto”, dijo ella. “Podemos identificar a las personas que de manera recurrente tuvieron resultados adversos del embarazo como un grupo de personas con muy alto riesgo. Ese grupo de personas debe recibir prevención primaria enérgica”.
Lo ideal es que la prevención del derrame cerebral comience incluso más temprano, antes de que una mujer quede embarazada, dijo la Dra. Nisha Parikh, profesora asociada de medicina clínica en la Universidad de California, San Francisco.
“Estamos comenzando a reconocer que realizar prevención cardiovascular en el contexto del curso de la vida de una mujer es importante a edades cada vez más tempranas”, dijo ella. “La prevención, tan temprano como sea posible, es crucial”.
Parikh, quien no participó en el estudio, presidió el comité de redacción de un comunicado científico de la American Heart Association del 2021 sobre los resultados adversos del embarazo y la enfermedad cardiovascular. El comunicado resaltó la necesidad de mayores esfuerzos de prevención, tales como la adopción de una dieta saludable para el corazón y el aumento de la actividad física, para las mujeres con un historial de APO, y también alentó el abordaje de estos riesgos durante la atención de rutina antes del embarazo.
Ella calificó al nuevo estudio como potente, porque examinó el riesgo añadido de tener múltiples embarazos con malos resultados. “La mayoría de las mujeres tienen embarazos recurrentes”, dijo Parikh. “Y si tuviste un resultado adverso del embarazo, tienes alto riesgo de tener otro”.
Para las mujeres que han sido identificadas como de alto riesgo, hay acciones para reducir esos riesgos, dijo Miller. Por ejemplo, tomar aspirina de dosis baja puede ayudar a prevenir la preeclampsia, una complicación relacionada con la hipertensión que también aumenta el riesgo de que una mujer muera durante el embarazo.
Los profesionales médicos también deben exhortar a las mujeres que tuvieron APO a que adopten otras medidas, dijo ella, como tomar estatinas para reducir los niveles de colesterol, dejar de fumar o mejorar sus hábitos del sueño. “A nivel individual, es mucho lo que las personas pueden hacer para reducir el riesgo de derrame cerebral”.
Parikh dijo que los profesionales médicos necesitan preguntar rutinariamente a las mujeres acerca de sus historiales de embarazo, para identificar a aquellas que pudieran beneficiarse de esfuerzos para la prevención de derrames cerebrales a edades tempranas.
“Es muy fácil preguntar acerca de resultados adversos del embarazo, pero como médicos, tendemos a omitir esas preguntas”, dijo Parikh. “Todos deben estar preguntando. Se trata simplemente de saber los antecedentes. No cuesta nada. Solo requiere atención cuidadosa”.
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Por Laura Williamson, American Heart Association News
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